Estaba el otro día caminando por una de las playas de la costa del pacífico en el norte de Oregon, en Estados Unidos, y comencé a recordar mis orígenes costeños.
Pude disfrutar de las olas, el sol, la sal marina, etc.; y aún y cuando el agua estaba friísima, pude revivir mis épocas en que practiqué el body surfing, sorteando las olas y tratando de llegar a la orilla. Fue un momento de intensa alegría.
Cuando uno tiene esos pequeños lapsos de experiencias que te trasladan a un momento feliz de tu pasado, puedo decirte que has agregado a tus años vividos unos segundos más.
Así es que te animo a que busques esos pequeños instantes que te den un breve respiro a tu ritmo ordinario para experimentar lo maravilloso de lo extraordinario.
Para servir: Moisés Gómez