‘El alejamiento de lo cercano y el acercamiento de lo lejano’

Por: Luis Bernardo Gómez

Si consideramos que la pandemia ha durado desde marzo 2020 hasta casi agosto de 2021, entonces podemos decir que la pandemia nos ha mantenido confinados por más de año y medio. Lo cual ha producido efectos y fenómenos sociales inesperados para los que no estamos preparados. 

Los pastores evangélicos, por ejemplo, estamos observando un fenómeno recurrente en la membresía de nuestras iglesias al que yo he llamado: «el alejamiento de lo cercano y el acercamiento de lo lejano». Y les explico por qué.

Lo cercano es todo aquello que nos rodea de manera inmediata. Una de estas cosas cercanas es la iglesia; nuestra familia en la fe. Pero, tras un año y medio de ausencia forzada a los cultos presenciales, hemos comenzado a ver como lejana a nuestra comunidad de fe.

Quizás tú tienes en mente o incluso lo dices con convicción o seguridad: «mi Iglesia es tal o cual», pero debes prestar atención a algunas prácticas que, si las estás realizando, son evidencia de que tú te estás alejando de lo cercano.

  1. Si como miembro no asistes a ningún culto presencial de la iglesia cuando se da la oportunidad aún teniendo todos los medios, los recursos y la salud para hacerlo.
  1. Si como miembro no te conectas a ninguna de los programas virtuales (cultos, células, conferencias, talleres, sesiones de oración, etc.), con los que tu iglesia intenta llevar el alimento espiritual a cada miembro. 
  1. Si como miembro has pasado por tiempo difíciles y, en lugar de agradecer la ofrenda de amor que la iglesia te envió y la oración con que fuiste respaldado, solo expresas amargura diciendo: «Nadie me visitó».
  1. Si como miembro has dejado de diezmar aún cuando Dios te ha bendecido con trabajo y salario durante la pandemia, faltando así a tu obediencia a Cristo y a tu compromiso con la iglesia y propiciando con ello que tu congregación pierda fuerza, potencia y efectividad.

Así que, cuando tú sientes que lo cercano está lejano, en consecuencia, sucede la otra parte del fenómeno: el acercamiento de lo lejano. Es decir, el creyente comienza ver como cercano lo que está lejano a él. Las evidencias son:

  1. Si como miembro te acercas a escuchar la predicación por internet de pastores lejanos con quienes ni siquiera tienes una relación.
  1. Si como miembro comienzas a ver programas cristianos de iglesias lejanas que ni siquiera te conocen.
  1. Si como miembro envías ofrendas a ministerios de otras partes del mundo.

Debes saber que no hay ningún problema en ser alimentado espiritualmente por la amplia gama de recursos espirituales que hallas en internet, PEEEROOO, cuando lo lejano toma prioridad en ti, y con ello abandonas a tu familia espiritual cercana, que es tu Iglesia, entonces tienes un problema que debes resolver. Tú debes tomar una decisión que cambie ese alejamiento de tu Iglesia.

Alejarse de la Iglesia local es equivalente a decirle a Jesucristo: «Te amo profundamente, pero no quiero nada con tu esposa que es la iglesia». ¡No te equivoques! Quien ama a Cristo ama a su esposa que es la iglesia.

Debes tomar en cuenta que Dios no envió la pandemia, pero sí la está aprovechando para evaluar la fuerza y el compromiso de sus hijos que un día le dijeron: «yo te seguiré pase lo que pase». Por lo tanto, este es el momento de recobrar el ánimo; de apoyar a nuestra Iglesia a pesar de todos estos problemas que nos asedian.

¡Ánimo! La iglesia está en pie de lucha. No sabes cuánta falta le haces a tu congregación. La iglesia sigue caminando y te ama; y tú le amas también. No la dejes atrás de ti. Acércate a lo cercano.