Por: Edgar Hernández
Leer: Mateo 8:18-22
Ser discípulo significa desacomodarme para que el Reino Dios se acomode en mí.
Jesús nunca dijo que el precio del discipulado sería barato; implica un precio elevado. La persona en Mateo 8:19 dijo: «te seguiré adondequiera que vayas». ¿Usted está dispuesto a seguir a Jesús dónde quiera que vayas? ¿…qué tal la CRUZ?
Seguir a Jesús es más que una emoción; es una decisión. Por eso, el cántico que cantamos en los bautismos dice: «He decido seguir a Cristo, he decidido seguir a Cristo… No vuelvo a tras, no vuelvo atrás». Lucas 9:62, dice: «Y Jesús le dijo: Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios».
En la historia que narra Mateo 8:18-22 hay otro que quiere seguir a Jesús, pero le pone una condición: «Señor, permíteme que vaya primero y entierre a mi padre». Este pasaje no se refiere a que el padre de este hombre ya hubiera muerto, sino que esperaría hasta que el padre muriera y así él estaría “libre” de seguir a Jesús. Muchos que quieren seguir a Cristo no lo hacen en toda su vida porque hay alguien que se los “impide o impidió”; y la triste realidad es que nunca llegaron, llegan o llegarán a ser un discípulo de Él. Una joven madre me dijo: «a mí me gustaría ir a la iglesia, pero a mi hijo no le gusta». Muchos posponen toda su vida lo eterno.
Cristo nos da una gran lección: nada ni nadie nos debe detener para alcanzar lo eterno. De ahí la fuerte respuesta del Maestro en el verso 22: «Deja a los muertos que entierren a sus muertos». En otras palabras: que los muertos espirituales sepulten a los muertos físicos.
En un punto de su ministerio Jesús tuvo 70 discípulos (Lucas 10:1), pero después muchos de esos discípulos lo dejaron (Juan 6:60-71). La Palabra también habla de los discípulos “secretos”, como: José de Arimatea (Juan 19:38) y Nicodemo (Juan 19:39). Estaban los que le seguían de cerca: los 12 discípulos (Lucas 6:13); y de los 12 eligió a solo tres para revelarles cosas que a los otros no les mostró (Mateo 17:1-3). Y también eligió a judas, al que le traicionó por unas monedas (Juan 13:25-27).
Déjeme explicarle un poco acerca de los discípulos de acuerdo a la siguiente gráfica:
Secreto = aquel que por miedo no proclama el evangelio
Montón = si algo no les parece, se van/ dejan/ abandonan la carrera
Escogidos = son y están dispuestos
Íntimos = van más profundo en la intimidad con Dios
Judas = son los que intercambian a Jesús por los placeres temporales del mundo, son tropiezo afuera y dentro de la iglesia de Cristo.
Entonces, concluyo preguntándole ¿qué tipo de discípulo es usted?
¿El secreto, del montón, de los escogidos, de los íntimos o Judas?