Por: Moisés Gómez.-
Estaba el otro día recordando la celebración que mis hermanos y yo preparamos para agradecer a Dios por los 50 años de matrimonio de mis padres y de cómo ellos han sabido superar las pruebas al paso del tiempo. De pronto, se vino a mi mente los votos que le prometí a mi esposa hace ya tres años y medio atrás y de lo costoso que es cumplirlos al pie de la letra.
Sin embargo, son esas palabras dichas en el altar las que permanecen vigentes en mi corazón y que me permiten superar los momentos de conflicto con mi esposa.
Cuánta razón tenía mi cuñado Silvestre cuando tituló el sermón que predicó en el culto de acción de gracias de mis papás: «Medio siglo de amor, la mejor carta de presentación», porque me recuerda que el amor en el matrimonio debe durar toda la vida.
Desde esta columna felicito a mis padres por sus ya 51 años y el ejemplo que significa para mí su largo caminar juntos. Dios les otorgue larga vida.
Cambiando de tema, espero que usted haya disfrutado el verano tanto como yo y que conserve bellas memorias con su familia, su esposa[o], sus hijos, amigos, iglesia, etc. De lo que yo guardaré en mi recuerdo será el haber podido visitar mi bello Acapulco, Guerrero; hoy avasallado por la delincuencia organizada y se ha convertido en el lugar más violento en toda la República Mexicana.
Les pido que oremos por esta ciudad y por todas las comunidades que sufren de inseguridad a causa de la violencia y de las causas injustas. ∞
Moisés Gómez