¿Honra o costumbre?

Por: Aridait Candanoza.-

En Marcos 7 Jesús confrontó la hipocresía de los escribas y de los fariseos, dicién-doles: -«Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, como está escrito: Este pueblo de labios me honra, mas su corazón está lejos de mí. Pues en vano me honran, enseñando como doctrinas mandamientos de hombres». Y añadió: -«Porque dejando el mandamiento de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres…»(v.6-8), y curiosamente, entre las tradiciones que citó están el acto de lavarse las manos antes de comer y el de lavarse las manos después de regresar de la calle.

Así que, si juzgamos esas acciones a la luz de las leyes sanitarias modernas, podríamos decir que Israel estaba muy adelantado a su tiempo y que esas costumbres eran excelentes. Sin embargo, cuando una tradición ensombrece los propósitos de Dios, por mas buena y bonita que parezca, se convierte en un engaño, ya que en vez de ayudar a acercarnos a Él, nos aparta.

Los escribas y fariseos en realidad eran como los sepulcros —‘blanqueados por fuera, pero hediondos por dentro’—, ya que se lavaban las manos, pero hacían corrupción con ellas; se quitaban la mugre de las uñas, pero bien que rasguñaban al prójimo con ellas.

Ahora bien, si una tradición no sólo sirve para no tener comunión con Dios, sino que además invalida alguno de sus mandamientos, entonces esa tradición ya no sólo es un estorbo, sino un enemigo. En ese contexto el Señor citó el mandamiento que dice: -«Honra a tu padre y a tu madre; y el que maldiga al padre o a la madre, muera irremisiblemente».

Y tristemente, la honra a Dios y a los padres que practicaban los escribas y los fariseos sólo era de labios, ya que ese mandamiento estaba haciendo invalidado con la falsa enseñanza que ellos daban al hacer creer a los israelitas que era Corbán (ofrenda a Dios) cualquier beneficio que los padres pudieran recibir de ellos, estorbándoles así a los hijos para hacer algo más por sus padres.(v.11-12)

Una tradición es algo que se hace solo por costumbre, pero una ofrenda es parte central del culto a YHWH [Jehová].

Así que, decir que «cualquier cosa sirve de ofrenda», es engañarse, ya que la ofrenda demanda una entrega total. Pide vida.

En la ofrenda no se permitían animales enfermos ni defectuosos, de ahí que si son solo migajas lo que le damos a los padres y eso lo presentamos como ofrenda a Dios, es una ofensa a su dignidad, ya que lejos de ser eso una honra, es una falta de respeto.

Amados, el mandamiento es claro: «honra a tu padre y a tu madre…» y si de verdad queremos que eso sea una ofrenda para Dios, ¡pongamos en ello el corazón! Ya que sólo así daremos verdadera honra a nuestro Dios.

¿Amén?∞

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