Por: RGO.-
«Grande es el Señor nuestro, y de mucho poder;
Y su entendimiento es infinito.» Salmos 147:5
«…seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura,» Efesios 3:18
Miente quien afirma y declara que le está a Dios infinitamente agradecido por algún favor recibido. El hombre es un ser limitado y en su finitud corresponde a «sus misericordias que son nuevas cada mañana».
La infinitud de Dios tiene que ver con lo ilimitado, interminable, incalculable o innumerable, volumen, tamaño, medida, magnitud, capacidad. Es algo omniabarcante, incluyente, abrazador, sin fin. Por ejemplo, Génesis 1:1 dice: «Dios en el principio creó los cielos y la tierra», texto que aparte de referir la grandeza y creatividad divinas, se refiere al universo entero, a la magnitud de sus obras.
Nuestros dos pasajes básicos, arriba citados, hablan de su sabiduría y amor, esto es, de la capacidad inmensurable de Dios y de las cuatro dimensiones de su amor.
Por entendimiento infinito se refiere a Dios como único y sabio (Judas 24 y 25). Por amor de Cristo, la infinitud de Dios se expresa claramente en forma sinecdoquial o designando el todo por alguna de sus partes, en este caso, el amor, una de las tres virtudes teologales de 1 Corintios 13:13 y de la expresión «de tal manera» de Juan 3:16. Es que el amor de Dios envuelve, cubre o cobija el mundo en plenitud (Salmos 24:1).
Tiempo y espacio se vinculan con la infinitud, aunque Dios por su infinitud no está sujeto ni a tiempo ni a espacio porque Él es eterno.
Resulta entonces que son cuatro las dimensiones del amor, según Efesios 3:18, sobre la infinitud de Dios, a saber:
- Anchura o amplitud de la gracia salvadora sin excepción alguna (Hechos 10:34,35).
- Longitud o extensión de eternidad por la eternidad hasta la eternidad, algo para siempre ya que en el cielo nuestra relación será de amor fraterno de unos para con otros y de todos para con Dios, y algo sin límite, distante (Salmo 103:12 e Isaías 55:7, tocante al amplio perdón de nuestros pecados). La palabra «lontananza» significa los puntos de una pintura más alejados del plano principal; en tanto que «en lontananza» quiere decir «a lo lejos», lo que viene a colación con el coro de un viejo himno que dice: Allá en lontananza, al fin de la labor, veremos la grandeza de nuestro Salvador.
- Profundidad o, acerca de la muerte de Cristo, como lo máximo y sin medida (Filipenses 2:8 y 1 Juan 1:7).
- Altura o cielo (Isaías 66:1ª), el lugar paradisiaco y estado o condición maravilloso que el infinito Dios nos tiene preparado para vivir y reinar eternamente felices con Él.
En definitiva, la infinitud de Dios es una declaración exquisita y hermosísima de su eternidad, omipotencia, creatividad y omnisciencia, tal como un servidor la ve y cree; aunque sin pretender atreverme a bautizarlas en calidad de equivalencias doctrinales, sino más bien a conectar lo que es evidente.
Dios en su omnisciencia y omnipotencia sabe contar las estrellas (lo que el hombre no, Génesis 15:5) y puede medir la distancia entre unas y otras. Aun nuestros cabellos están todos contados, tal lo constata Lucas 12:7ª.
¡Bendito y alabado sea el Señor!∞