Por: Edgar Hernández
Muchas personas son tan pobres que lo único que tienen es dinero.
Conozco una persona que tiene mucho dinero y propiedades aquí en Minnesota y es una de las personas que más se queja, se siente triste y es muy enojona. En cambio, mi esposa me platicó que conoció a una mujer en extrema pobreza. Su vestido, aunque era limpio, era muy gastado; tenía 10 hijos que mostraban necesidad en sus vestimentas; esa mujer era creyente en un pequeño pueblo de Guatemala. Mi esposa me comentaba que esa mujer irradiaba un gran gozo y tenía una sonrisa muy hermosa y sincera y no ocultaba la falta de dientes y el cuidado de los mismos. Mi esposa me dijo que esta mujer parecía que tuviera un trillón de dólares en el banco —aunque en realidad no tenía nada—.
¿Cuál es la razón que estas dos personas mostraban dos actitudes muy diferentes ante la vida? Una tiene “todo” y pareciera que no tiene nada y la otra no tiene “nada” y pareciera que tiene todo. Creo que la respuesta la podemos ver en lo que dijo San Agustín de Hipona: «Donde está Dios no hace falta NADA, pero donde no está Dios hace falta TODO».
La razón por la que no eres feliz con todo lo que tienes es porque no tienes al TODO, al Espíritu Santo. Jesús le dio al hombre todo lo que necesitaría en esta vida: VIDA ETERNA a través de su Espíritu.
Recordemos que sin Dios estamos muertos.
Efesios 2:1 nos dice: «Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados».
Sabemos que para este cuerpo todo es cuestión de tiempo… y para aquel que ha depositado toda su confianza en Jesús NOS ESPERA la vida eterna. Viviremos más “tiempo” siendo espirituales que siendo carnales.
La Palabra de Dios se tiene que discernir espiritualmente. La Palabra de Dios es la mente infinita de Dios revelada a mentes finitas, pero con capacidad espiritual de abrir misterios que solo le son dados a aquellos que cavan a profundidad. Jeremías 33:3 dice: «Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces».
El que no es espiritual nada de la Palabra de Dios le llama la atención. Le emociona más unos tenis nuevos que leer la Palabra de Dios; Le emociona más ir a una fiesta que a la iglesia; disfruta más andar con malas amistades que una intimidad en oración con Dios.
«Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es.» Juan 3:6
Por eso, cuando Dios le hace nacer espiritualmente usted deja de tener una nacionalidad terrestre y su ciudadanía ahora es celestial. Y no solo eso, usted deja de ser un mexicano, colombiano, venezolano, puertorriqueño; color, estatus, posición etc. Ahora la historia bíblica se fusiona con mi historia y vengo a ser parte de la historia de Dios.
«Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo;» Filipenses 3:20
«Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu.» 1Corintios 12:13
«Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús.» Gálatas 3:28
Para ser espirituales se requiere de tres factores:
1.- REGENERACIÓN. Nadie puede ser espiritual sin haber primeramente recibido la vida espiritual que Dios otorga libremente a toda aquel que cree en el Señor Jesucristo como su único y suficiente salvador.
«Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;» Juan 1:12
2.- SANTIFICACIÓN. Recuerde que fuimos salvos por gracia. Gracia es un acto de Dios; es un favor inmerecido; porque no hay nada bueno en mí, ni ningún acto bueno que Dios haya decidido salvarme de la condenación eterna.
«Si bien todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia; y caímos todos nosotros como la hoja, y nuestras maldades nos llevaron como viento.» Isaías 64:6
Todos los méritos no son míos, sino los que ha hecho Jesucristo a mi favor y por mí. La gente anda buscando algún mérito y no lo hay sino solo por medio de Jesús. Las buenas obras son requeridas a todos… por eso será el gran juicio.
«Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios.» Miqueas 6:8
La santidad es posicional y progresiva.
«Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis.» Gálatas 5:17
De nosotros dependerá cuánto control le demos a la carne o al espíritu de Dios.
«No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu,» Efesios 5:18
El vino toma control absoluto del individuo; pero de la misma manera, si lo permitimos, el Espíritu Santo puede tomar llenura de control en nosotros. El ser llenos del Espíritu significa ser controlados por el Espíritu. Y el espiritual actuará en la forma que el Espíritu le indique.
Filipenses 1:21 «Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia». No dice ahora que soy salvo el vivir es disfrutar como yo quiera la vida… mas bien viviré para agradar a mi Padre.
3).- MADUREZ ESPIRITUAL. Para obtener la madurez espiritual curiosamente el tiempo no es un factor necesario. No es el tiempo que regula la madurez, mas bien es la relación íntima que una persona pasa con Dios orando, leyendo Su palabra y dejando que el Espíritu Santo tome control en sus tendencias pecaminosas.
Sin control completo y continuo del Espíritu Santo no puede llegar a ser maduro espiritual. Una manera de comprobar tu madurez espiritual es el control que tienes sobre el pecado, la acción a hacer el bien y desechas toda duda que pueda venir hacia la Palabra de Dios.
Juan 10:10b «…yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia». Ahora se entienden las palabras de Jesús cuando dijo que ‘tengan vida porque nuestra condición espiritual era muerta y con él es vida eterna’.
¿Ya eres vivo espiritual? Busca congregarte y, buscando la verdad, te hará verdaderamente vivo y libre.